Internacional Una voz oficial confirma la complicidad de Cuba con la ETA Fidel Castro brindó refugio y base de operaciones a muchas fuerzas terroristas, los vascos entre otros. Exiliado en España tras romper con el castrismo, el funcionario a cargo de este grupo dio detalles al diario El País
Durante 15 años Julio Antonio Alfonso Fonseca fue el encargado de monitorear a un conjunto de terroristas vascos instalados en Cuba. Su relato pone fin a las reiteradas mentiras del régimen cubano que siempre negó esa presencia de ETA en la isla.
Esta es la primera vez que una fuente de primer nivel confirma lo que por años ha sido denunciado, tanto por España -principal damnificada por esta complicidad castrista con los etarras- como por otros gobiernos del mundo.
Entrevistado por el diario español El País, Fonseca, un especialista en política y relaciones jurídicas internacionales, a quien los terroristas vascos llamaban El de siempre, Guillermo o El pequeño en sus comunicaciones internas, reveló el grado de protección de que gozaban los miembros de ETA instalados en Cuba -llegaron a ser 22- por parte del propio "Líder máximo" de la Revolución castrista.
"Todo lo relacionado con ETA depende directamente de Fidel. No se hace nada sin su visto bueno", dijo Fonseca. "Los vascos tienen asignado un dispositivo específico de protección y control. Son un secreto de Estado. Aunque están considerados como un movimiento de liberación nacional más, se les vigila casi igual que a la disidencia porque se les considera asunto de seguridad nacional. Hay que tener en cuenta que EEUU ha utilizado la estancia de ETA para incluir a Cuba en la lista de Estados que patrocinan el terrorismo y, de esta manera, justificar su política de embargo. La acogida de etarras se ha vuelto contra nosotros como un bumerán", explica.
Castro no sólo traicionó con esta actitud acuerdos firmados con Madrid, sino que pretendió ganar ascendiente sobre España, apostando a mediar en ese conflicto: "Fidel vio en ETA a un grupo de gente que luchaba por la autonomía vasca y llevado de su egolatría y lo retorcido de su pensamiento les dio tratamiento de movimiento de liberación nacional apostándose como negociador preponderante en un hipotético arreglo entre ETA y España".
El grupo terrorista vasco no sólo encontró refugio en Cuba: también pudo contactarse allí con otras organizaciones de su tipo como el Sinn Fein-IRA. Julio Alfonso Fonseca fue testigo de esa conexión, que tuvo lugar a finales de los 80, gracias a que en la isla había una representante permanente de los irlandeses. "En Cuba se produjo un intercambio muy fluido de planteamientos que ha repercutido notablemente en la salida a la violencia que ha buscado ETA", dice.
Los etarras albergados por el castrismo venían mayormente de Nicaragua. Fonseca dice que Fidel Castro aceptó recibirlos porque se lo pidieron los sandinistas, bajo cuyo gobierno, en los años 80, uno de estos miembros de ETA, Miguel Angel Apalategi, "fue jefe de los servicios nicaragüenses que adiestraban a los guerrillas latinoamericanas". "De hecho, apareció en un video grabado por agentes de la CIA infiltrados en los grupos salvadoreños. Él mismo se vio en la televisión mientras estaba en Nicaragua. Se sentía a gusto en la tarea de adiestramiento guerrillero, pero cuando los sandinistas fueron desalojados del poder tuvo que huir", agregó el ex funcionario cubano.
Más reprochable aún que haberles dado acogida, es que Fidel les permitió luego salir de la isla para volver a sus prácticas terroristas. En concreto, facilitó un ir y venir de etarras buscados por la justicia española; un encubrimiento y una complicidad contraria a los acuerdos firmados entre ambos países.
"La detención en Francia y otros países de etarras procedentes de Cuba y la participación probada de miembros de la organización terrorista vasca en servicios y acciones de los grupos guerrilleros de Nicaragua, El Salvador, Colombia, tutelados por la inteligencia cubana, llevaron en su día al gobierno de José María Aznar a denunciar que el régimen castrista utilizaba su política de asilo como palanca de presión contra España", dice El País.
Hoy Fonseca pide perdón por si en esta tarea que desarrolló en Cuba pudo haber hecho algo que haya ofendido al pueblo español y en particular a las víctimas del terrorismo.
Fuente: Télam
Lunes, 21 de mayo de 2012
|