Espectáculos El tango llora a una leyenda: a los 100 años, murió Horacio Salgán El pianista César Salgán, hijo de Horacio y a cargo de la dirección del Quinteto Real, dedica su vida, acaso como imperativo, a la música de su padre -que falleció este viernes en Buenos Aires- y, sobre su legado, afirmó que "trasciende edades, marcas de género y puede ser apreciado por cualquiera que tenga admiración por la buena música". César y Horacio tuvieron una relación con encuentros y distanciamientos. César se crió sin su padre y recién tuvo un acercamiento a él en su adolescencia. Estudió primero el contrabajo (y el piano como segundo instrumento) y desarrolló una exitosa carrera en el automovilismo. Una tragedia familiar (la muerte de otro de los hijos de Horacio) los acercó luego de 18 años sin tratarse.
"Así como hay músicos que han dedicado su vida a interpretar a Chopin, por obvias razones, y por una cuestión de empatía, dedico todo mi tiempo a su música, que la siento como propia", le dijo César a Télam algunas semanas atrás.
César se encuentra desde 2002 al frente del Quinteto Real, la emblemática formación del tango de escucha que su padre formó en 1960 junto a Pedro Laurentz (bandoneón), Enrique Francini (violín), Ubaldo De Lío (guitarra), y Rafael Ferro (contrabajo).
Actualmente la formación se integra con Carlos Corrales (bandoneón), Julio Peressini (violín), Esteban Falabella (guitarra) y Juan Pablo Navarro (contrabajo).
Interpelado sobre el aporte de su padre a la evolución tango, César lo ubicó en perspectiva histórica.
"Su aparición debe entenderse -puntualizó- en el sentido de una evolución en la que el tango comenzó a recibir arregladores, compositores e intérpretes que cada vez tuvieron mayor riqueza, conocimiento y manejo de la música", observó.
Y agregó: "Como otros maestros, mi padre con su manejo de la composición y armonía hizo una aporte notable dentro del tango y se convirtió en uno de sus pilares".
A la hora de examinar las diferentes dimensiones de Horacio como artista, César advirtió que "se lo reconoce en diferentes facetas. A mí me parecen fundamentales la creatividad en cuanto a ideas y belleza, aquello que podríamos llamar buen gusto y, por supuesto, sus cualidades como pianista. Se trata de alguien que sumó aportes rítmicos y sonoros al tango con toda naturalidad".
César Salgán destacó que algo que se aprecia en particular de su padre es que "haya conformado un estilo" y esa es una virtud que "trasciende cuestiones de edad".
"Puede ser que sea admirado por alguien que viene del rock, el jazz o la música clásica. Mi padre siempre llamó la atención de diferentes orillas", concluyó.
Fuente: Ambito
Viernes, 19 de agosto de 2016
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