Teatro Los secretos de la nueva obra teatral de Nicolás Cabré
Ayer se estrenó en el teatro Lola Membrives "El quilombero", una propuesta cómica que se suma a la cartelera porteña.
Esta obra desde su título, "El quilombero", no intenta ser pretenciosa. La comedia en su arranque le muestra las cartas al espectador, y desde el minuto cero, uno comprende que la intención es la diversión, con armas y recursos nobles. Sentado en la platea, uno se da cuenta que la risa y los gags serán los protagonistas fundamentales.
La entrada de Alejandro "Huevo" Müller, como el conserje, apenas arranca la obra, marca el tono de lo que será el resto de la pieza. La aparición de Müller provoca risas y enseguida se establece una empatía con el espectador, logrando uno de los personajes más destacados.
La trama gira en torno a un fotógrafo que llega para cubrir la declaración de un testigo de un caso policial, y a un asesino que trae la intención que ese testigo no hablé. El fotógrafo, interpretado por Nicolás Cabré, sufre un desengaño amoroso y planea suicidarse. Ambos personajes se alojan en el mismo hotel, en habitaciones contiguas, y el espectador puede ver la acción de los dos espacios. Uno de los mayores aciertos de la puesta.
A partir de ahí, los enredos y confusiones van en aumento y entran en escena, varios personajes que hacen crecer el delirio y le otorgan ritmo a la comedia.
Nicolás Cabré hace lo que más le gusta a su público, compone a un hombre histérico, al borde de un ataque todo el tiempo, con mohines y gestos que logran las carcajadas del espectador a lo largo de la hora y media que dura la obra. Cabré logra complicidad y enganche inmediato con la platea.
El resto del elenco también se luce con Luis Ziembrowski a la cabeza en un rol que se lleva los aplausos de la noche en el saludo final. Completan el reparto Marcelo De Bellis, siempre efectivo y gracioso y Mercedes Oviedo, una revelación en su papel de Luisa, la "acosada" mujer del personaje de Cabré. También actúa Mauricio Macu en un rol más pequeño.
La dirección de la obra es de Arturo Puig, que en estos años se ha convertido en un destacado director de comedias como "Le Prenom" y "Piel de judas", ambas éxitos de taquilla y crítica.
Puig logra una pieza divertida y "física", con mucho desgaste por parte de los protagonistas, en especial de Nicolás Cabré y Ziembrowki, quienes llevan la mayor carga en ese aspecto. Ambos actores le ponen el cuerpo a la historia de manera literal.
"El quilombero" es un propuesta honesta, divierte y le propone al espectador entrar en esa montaña rusa que sucede sobre el escenario, con el único afán de entretener y lograr que la gente ría durante toda la función y se vaya con esa sonrisa dibujada a la salida del Lola Membrives. Algo que en estos tiempos se agradece, y mucho.
Fuente: Rating Cero
Sábado, 23 de enero de 2016
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