Clausura 2012 Buen negocio para ambos Por Víctor Hugo Morales. Boca-Lanús terminó con una paridad, un muy buen negocio para ambos equipos.
Riquelme había decidido ponerse su traje de fantasía y en el primer tiempo, sobre el final, ya sus jugadas mágicas estiraban a Boca a una victoria que empezó a consumarse cuando Mouche, con mucha fortuna, anotó desde lejos un gol con la única pretensión de tirar un centro.
Boca se ponía en ventaja, pero era al cabo de una excelente jugada y un tiro magistral de Román, que el arquero había desviado al córner. De allí vino la conquista inicial para los Xeneizes. Inmediatamente, Riquelme siguió haciendo pases mágicos, sacando conejos de la galera, moviendo el bastón para que el equipo continuase en una actitud ofensiva y lujosa. Y con Silva, con Mouche, y antes con Rivero, armaron una jugada que parecía liquidar el partido. Era un golpe de nocaut para ese Lanús que asistía a una decadencia que abultaba las diferencias en ese primer tiempo.
Pero Boca y la euforia, como mala consejera, se quedaron. Y un centro cualunque le permitió a Pavone, solo, libre, completamente olvidado por los defensores de Boca, convetir un gol que daba incertidumbre a la Bombonera. Las sospechas se centraban en las tribunas. ¿Boca podía retornar, con la influencia de Riquelme, a esos momentos lujosos del primer tiempo? ¿O Lanús saldría de esa modorra a la que se había involucrado en los primeros minutos?
Lunes, 26 de marzo de 2012
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