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Música Mauro Siri: “Me gustan las canciones sin importar el estilo”
Hoy sábado habrá otra noche de música en Sala 88. Será con la presentación del cantante de Viento Norte, Mauro Siri en el recital “Me Corto Solo”. En esta entrevista cuenta sobre sus comienzos y sus eclécticos gustos musicales. “No se que tipo de músicos me identifican; sé que soy inquieto”, dijo.
El del sábado será el primer y único show del año que dará como solista el cantante de Viento Norte. Lo acompañarán un grupo de "valientes músicos y amigos" que formarán su banda: los hermanos Cubillas: Diego en teclado y Ramiro en guitarra, Luis Piedrabuena en bajo y Bruno González en percusión. Será “un encuentro íntimo, de alto vuelo y bajo decibel que pasea por un camino de canciones propias y ajenas encontradas causalmente, que lo conducirán al relajo corporal, al cierre ocular y el disfrute pleno”, anticipó Siri. Las entradas ya se pueden reservar al 3624319998 o por Facebook.
El músico lidera hace dos años Viento Norte (la banda de cumbia del momento) e integra Tierra Verde, por lo que hace un largo tiempo que no toca solo. “Es un desafío porque me pone en un rol que no estoy acostumbrado últimamente, mucho más expuesto”, dijo respecto al recital que ofrecerá en Sala 88. “Será una breve pausa de todo lo demás que vengo realizando, un encuentro más íntimo con canciones mías y de otros autores para escuchar sentados, en patas”, anticipó.
Describió además que la calidez de la sala invita a la comodidad y la banda que lo acompaña permitirá al público ponerse más cómodo aún porque “son tremendos músicos”. Anticipó que habrá canciones suyas, de autores chaqueños y de otros lados. “La cumbia no está en los planes pero uno nunca sabe”, adelantó y consideró que lo importante es "dejarse llevar por el viaje". “Pienso que es una ocasión para cantar 'caprichosamente' canciones que tengo muchas ganas de hacer hace rato, junto a amigos que quiero y admiro como músicos”, dijo.
—¿Cómo empezó tu relación con la música?
—En mi casa siempre se escuchó muy buena música pero nunca la asocié como algo que era capaz de ejecutar hasta los diez años, cuando empecé cantando en el colegio. Primero en el coro, después me escucharon con atención y el profesor me mandó de solista al frente. Ni idea tenía que podía hacer eso.
El colegio contaba conmigo para cada acto, cada festejo y yo tomé provecho de eso. Cada ocasión era una nueva experiencia que me iba curtiendo lentamente. Era muy tímido y todo eso fue moldeando mi personalidad.
Durante mi adolescencia fui encontrando en la música un lugar muy sano para contar y descargar emociones, lentamente me fue apasionando. A los 13 mi primera banda de rock, la grabación y producción de un disco fueron los primeros pasos que me llevaron por ese camino que quería seguir cada vez con más ganas. Ese vértigo, esa adrenalina se volvió muy difícil de apartar.
—¿Cuándo dijiste “a esto me quiero dedicar”?
—Pasaron varias tormentas hasta llegar a eso. Me fui a los 17 años a Buenos Aires a estudiar Música y Derecho pero pensaba en aquel momento que, a pesar de ser mi pasión, la música no era una profesión rentable, etc, etc. En aquel entonces estaba bastante equivocado y eso me costó muchas crisis emocionales. Después de varios años entendí que hacer lo que me apasionaba, con buena formación y creatividad podía llevarme a realizar cualquier cosa que me propusiera. Para los estudiantes de Abogacía en la UBA, da mala suerte contar las columnas del edificio de la facultad de Derecho. La mañana que me senté en el parque de en frente y conté las columnas, fue el día que decidí dedicarme a la música. Realmente fue así.
—¿Hubo algún momento en el que dijiste, “bueno si, ya soy músico”?
—Varias veces, en distintas situaciones, incluso hoy en día. Tengo el recuerdo vívido de haber sentido eso cuando leí las primeras partituras. Sentí que estaba comprendiendo e interpretando un lenguaje nuevo con el que podía comunicarme con cualquier músico del mundo. Es como aprender otro idioma, te da mucha libertad.
En otras ocasiones también volvió a pasar: en las primeras giras, discos, pagos de Sadaic (risas). Hace un par de semanas, después de dar una clase de canto también lo pensé.
—¿Cómo que tipo de músico te describís?
—No sé que tipo de músicos me identifican. Se que soy inquieto. Me gusta la música en sí y también cómo se lleva a cabo artística y ejecutivamente. Me siento ante todo un cantante y productor. Como instrumentista siempre intenté ser guitarrista y hoy por hoy amo tocar el bajo y no lo cambio por nada. Estudié un poco de piano y me encantaría tocar el violoncello. Amo tanto lo que hago que no me cierran los números para hacer todo lo que quisiera.
—¿Con qué tipo de música te identificas?
—Me gustan las canciones sin importar el estilo. Suelo ir siempre hacia lo cantado, presto mucha atención a los intérpretes, a lo performático y a las instrumentaciones o arreglos que juegan tímbricamente. Aquellas músicas que suenan a algo que no estamos acostumbrados a escuchar normalmente.
Me gusta descubrir canciones poderosas desde lo simple. Disfruto mucho cuando una canción a veces con pocos acordes, logra emocionarte.
—¿Cómo te ves mejor? ¿Solista o músico de grupo?
—Como solista me suelo aburrir por eso no lo hago muy seguido. Tiene el beneficio de tomar decisiones unipersonalmente y eso es más rápido en cierto punto pero no me divierte tanto. Hoy por hoy encuentro en el trabajo en grupo un equipo de jugadores literalmente. Nos sostenemos unos a otros, jugamos con la música, tratamos de hacer lo que se nos viene a la mente, luchamos por lograr objetivos, nos puteamos, nos amamos y en esa intensidad de cosas encuentro un equilibrio que me divierte.
—Estos dos años de Viento Norte, ¿qué le aportaron al Mauro Siri cantante y músico?
—De todo. Mucha experiencia arriba de los escenarios: el trabajo corporal, el manejo de ciertas emociones producto de la adrenalina, los nervios, los contratiempos. Aprendí mucho sobre el contacto con el público y las relaciones interpersonales en el grupo. Aun así siento que esos aprendizajes son muy lentos, lleva tiempo registrarlo conscientemente y me falta muchísimo mas.
—¿Qué significa para vos tocar solo?
—Es un desafío porque me pone en un rol que no estoy acostumbrado últimamente, mucho más expuesto. Es una incógnita porque trato de formar una identidad musical como solista que no está tan desarrollada aún. Es una breve pausa de todo lo demás que vengo realizando, un encuentro mas íntimo con canciones mías y de otros autores para escuchar sentados, en patas.
—¿Con qué se va a encontrar el público en el recital de la Sala?
—La calidez de la sala invita a la comodidad y la banda que me acompaña te pone mas cómodo aún porque son tremendos músicos. Hay canciones mías, de autores chaqueños y de otros lados. La cumbia no está en los planes pero uno nunca sabe…Lo importante es dejarse llevar por el viaje. Pienso que es una ocasión para cantar “caprichosamente” canciones que tengo muchas ganas de hacer hace rato, junto a amigos que quiero y admiro como músicos. Esa es básicamente la propuesta que humildemente pienso no los va a defraudar.
Entrevista: Rocío Blotta Fuente: Chaco Día por Día
Sábado, 3 de octubre de 2015
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