Farándula "Soy muy autocrítico, no descanso nunca" Trabaja en teatro, en TV y estrena mañana en cine Socios por accidente 2, donde comparte protagónico con José María Listorti.
En la época en que aún era tan solo Pedro, y pasaba de colegio en colegio por Adrogué, Temperley, José Mármol nunca imaginó –ni que se lo hubiera adelantado una vidente- que su presente sería tal como es. Está a punto de estrenar (¡como protagonista!), la segunda parte de Socios por Accidente, película que se ubicó en el tercer puesto de la taquilla nacional del 2014. Disfruta la recta de final de temporada de Casa fantasmas en el teatro Astral (fue la obra más vista en el verano en Carlos Paz) y, en televisión, ocupa un espacio privilegiado en Esperanza Mía, donde se convierte en el Gato Méndez, el amigo de toda la vida del cura interpretado por Mariano Martínez.
Una sucesión de imprevistos y su estirpe de “lanzado”, tal como se reconoce, lo transformaron en el Peter Alfonso que todos conocen. El Peter de: “Peter y Paula”, el marido de Paula Chaves, el padre de Olivia, el productor de Tinelli, el coprotagonista de José María Listorti, en cine.
“Mucho de todo lo que me pasó fue por accidente”, sentencia encogiéndose un poco de hombros. (Conoce mucho el rol del loser con éxito) “Estaba perdido en la vida. No sabía para dónde ir. Hasta que mi hermana me anotó para estudiar producción en TEA. Empecé a estudiar. Después me llamó un amigo para entrar a Videomatch y fui aprendiendo mucho en la producción, pero todo lo que pasó mediáticamente fue por accidente.”
Predestinado o no, él disfruta, y muy confortablemente, del lugar que consiguió. “Yo estaba tratando de conquistar a una chica y de todo lo que pasaba a mi alrededor no tenía mucha conciencia”, dice. El aliento de Tinelli y la respuesta masiva apoyando la pareja que formó con Paula lo sacó definitivamente de detrás de cámaras. “Pero todo lo que hice en el plano laboral fue también por obsesivo. Siempre trato de crecer y de escuchar con atención. Siempre fui muy respetuoso de los que saben”, destaca en diálogo con Tiempo Argentino.
–¿Cómo te volviste comediante de cine, teatro y televisión? –Siempre fui fanático de las películas de humor. En todos lados, desde adolescente, siempre tuve un costado humorístico. Armaba sketchs o videos: agarraba mi camarita y hacía un show. Y lo hacía para el cumpleaños de un amigo o para el Día del Padre. Pero era para mi casa, para mi familia y mis amigos, que no venga otro más porque me moría de vergüenza. Aunque no lo parezca soy bastante tímido. Mi etapa de productor estuvo muy ligada a los actores y fui aprendiendo mucho. No sólo con José (por Listorti) sino con Freddy Villarreal, con Yayo, con Campi, con Pablo y Pachu.
–¿Elegiste la comedia, o la comedia te eligió a vos? –Cuando me ofrecieron hacer teatro siempre fue con comedia y es en lo que me siento cómodo. Aunque si me tocara hacer otra cosa, lo probaría, como pruebo todo.
–¿Probaste alguna formación actoral? –Hice dos años en el CIC (Centro de Investigación Cinematográfica), donde mis profesores me decían “acá hay un casting”. Y yo nunca me animaba. Siempre fui muy tímido en eso. Hasta que tuve que dejar por trabajo. Me ofrecieron trabajar con Nico Repetto de productor y lo agarré. Lo del CIC, hasta el momento, es lo único que pude estudiar de actuación.
–¿Con Nico qué hiciste? –Circo Criollo, en Canal 9, con las mesas redondas. Estuve un año ahí y volví en el 2007 a Ideas, adonde ya había trabajado unos años antes. Fue para el primer programa de Este es el Show, con José y Carla Conte. Desde ahí me quedé todos estos años.
–Pasaste de ser productor de Listorti a compartir cartel con él… –Sí, cuando llegué a Videomatch en el 2003, me gustaba mucho lo que hacía él. Uno de mis primeros días allí, recuerdo que estaba en la oficina, llegó José y era el centro de atracción. Mi contacto con él como productor era en el armado de los "30 segundos de fama". Él estaba de jurado e imitaba a alguno de los participantes. Eso en la primera etapa. Después terminamos haciendo las cámaras ocultas, muchos sketchs, todo lo de Calafate. Laburamos muchísimo juntos.
–Cuando empezaste como productor en la liga mayor estuviste con Nico y con Tinelli. ¿Eras de esos productores que miraban lo que ocurría en pantalla con algún anhelo de estar de ese lado? –Estaba bastante incómodo al principio. Venía de ser muy vago a laburar 14 horas por día, sin parar. De tener que saber hacer todo y no sabía hacer todo porque era nuevo. Me sentía incómodo. Durante el primer año, viví un proceso de no saber si esto era lo mío. Fue descubrir un mundo nuevo. De no hacer nada pasé a Videomatch. El programa iba a las once de la noche. Entraba a las ocho y me iba a la una de la mañana y vivía en José Mármol. Fue muy difícil, hasta que me pude acomodar. Me divertía mucho mi trabajo, me metieron de extra en algún sketch pero creo que no, que nunca anhelé estar de este lado.
–En ese lugar, en la comedia, ¿nunca tuviste la vocación en el inicio? ¿Cómo reconocés qué pasó en la producción? –En el teatro, antes de debutar, en los ensayos con Paula, Nazarena Vélez, Jey Mammón. Pasé un proceso difícil, de mucha timidez, de llorar en los ensayos, literalmente. Me di cuenta que era lo mío en la devolución de la gente con los chistes. Hay días que no querés hacer más nada, pero en general lo disfruto.
–¿Cuánto de lo que te pasó, si se pudiera dividir en porcentajes, tiene que ver con perseverancia, autoconfianza o caradurismo? –El caradurismo creo que gana.
–¿En qué porcentaje? –Caradurismo tiene mayor porcentaje porque me mando. Y una vez que me mandé soy muy obsesivo. En el teatro lo que me pasaba el primer año es que éramos la novedad de Showmatch con Tito Speranza. Y todo lo que hacíamos parecía como que estaba bien. Fue en Despedida de Solteros, que fue una obra muy linda. Yo hacía un bailecito y todo explotaba. Trato de aprender y de crecer. El caradurismo me lleva a aceptar hacer siempre todo.
–Sos lanzado. –Pero también, soy muy autocrítico. ¡No descanso nunca! Ni conmigo, ni con el producto. Ni con nada. Estamos llegando casi al final de Casa fantasmas y yo sigo cambiando algunas cosas. Siempre busco qué es lo que se puede mejorar.
–En Socios por Accidente 2, ¿qué reconocés que mejoraste respecto a la primera? –Estoy mucho más confiado. Además trabaja el mismo grupo. Lo que cuesta siempre es el arranque. Por ejemplo, si llego a un lugar donde son todos nuevos, como me pasó en Esperanza Mía, siento que me están mirando. Pero si ya conozco al grupo, me siento mucho más tranquilo. Al verme en el cine me sentí más confiado, más suelto, más seguro en mi interior. Después no sé cuánto pueda expresar de todo eso.
–¿Este tipo de propuestas en cine podrían ser vistas como una versión moderna de Tiburón, Delfín y Mojarrita? –No las viví. Las vi. Es una propuesta de humor para toda la familia con aventura, con acción, con mucho humor. No sé si compararlo. Ya vamos por la dos, ojalá que vengan más. La idea es dejar un final abierto. Todo lo que hago es humor para la familia, sano, blanco. Ese es el camino que me gusta. <
Fuente:InfoNews
Miércoles, 1 de julio de 2015
|