Cine "El incendio" llega a los cines locales tras pasar por Berlín y Bafici Dirigida por Juan Schnitman y protagonizada Pilar Gamboa y Juan Barberini, aborda, en clave de policial "de tono crudo y emoción directa", el profundo drama de una pareja en vías de disolución durante 24 horas de tensión insostenible.
Codirector de "El amor, primera parte" junto a Santiago Mitre, Alejandro Fadel y Martín Mauregui, Schnitman definió a su ópera prima en solitario como "un policial de pareja, con mucho dinero en juego, mucha violencia y elementos clásicos del género, aunque en realidad cuenta el hecho de que dos personas la están pasando muy mal".
"El incendio", cuyo guión está firmado por Agustina Liendo, aborda un único día en la vida de una pareja que va con 100.000 dólares a adquirir su futura casa, pero por diversos inconvenientes la compra se tiene que postergar un día y ellos deben volver a su departamento en alquiler a esperar y esconder el dinero.
La película, que ya pasó por la sección Panorama de la Berlinale y la Competencia Oficial del último Bafici, aborda "el vínculo amoroso de una pareja que todo el tiempo coquetea con la idea de la disolución, como si fuera el final de algo. Y esos personajes son muy violentos y amorosos a la vez", afirmó Gamboa, una de sus protagonistas.
En diálogo con Télam, la actriz -que despliega una composición de alta verosimilitud e intensidad- añadió que "así los espectadores asisten a esas dos versiones antagónicas de esas mismas personas en un solo día, y la verdad que no fue un buen día para ellos".
"Algo que me interesó mucho cuando empezamos a trabajar el guión fue esa situación que plantea la película donde dos que no parecen ser extraños ni son unos psicópatas se pueden extremar de semejante manera. Lo que muestra el filme es que no hace falta que les pase tanto para llegar a esos extremos", aportó Barberini, cuyo personaje es llevado por la situación a un punto de tensión insostenible.
Por su parte, Schnitman señaló que "en la película se vive una violencia física real y tangible, que está a flor de piel. Queríamos darle una impronta muy fuerte del mundo real, con problemas muy palpables, donde los protagonistas se pelean por temas de dinero, pero también por temas muy concretos de la crisis de pareja que están viviendo".
"Este tono crudo surge de una necesidad de contar historias un poco más fuertes de las que se cuentan habitualmente, porque en muchos casos se esquivan los problemas cotidianos, el sexo y los dramas reales de la gente, como si se hablara en abstracto. A mí me interesan las emociones y las historias fuertes, cosas que te movilicen", afirmó el director.
Con Luciano Suardi, Andrea Garrote, Julián Krakov, Edgardo Castro y Laura Paredes, entre otros actores, "El incendio" narra un día decisivo en la vida de Lucía y Marcelo, una pareja que está pasando por una crisis muy grande y que, al mismo tiempo que están tratando de empezar una nueva vida juntos, corren el peligro de terminarla.
Además de envolverlos en una gran paranoia, el hecho de tener que regresar con el dinero sin haber podido concretar la compra de su nueva casa los enfrenta con ellos mismos, con sus heridas más íntimas y, mientras intentan sobrevivir, no pueden hacer otra cosa que lastimarse, en una constante tensión entre el amor y la violencia.
"El disparador de la trama es que esta pareja va a comprar una casa, pero al no poder hacerlo deciden regresar a su departamento con todo el dinero, deben volver a pedir el día en sus trabajos, tienen que resolver sus vidas, sus problemas familiares y, mientras tanto, siguen discutiendo y peleando", precisó Schnitman.
El director sostuvo que, en ese marco de inestabilidad y tensión permanente, "surgen cosas del pasado de la pareja que no conocíamos y uno se va dando cuenta que ellos están en un estado de crisis profunda y en un momento de toma decisiones importantes que nadie sabe si son correctas o no".
En la historia "el dinero está presente todo el tiempo como tema de discusión. Ellos tienen una relación diferente con el dinero, que es un elemento de tensión que atraviesa toda la película. Hay cierta paranoia con los dólares, mucha paranoia y temor", agregó.
En la particular y atractiva puesta en escena del filme predominan "los planos secuencias con cámara en mano, planos de entre cinco y diez minutos que demandaban mucho tiempo previo de preparación".
Gamboa consideró que "esos planos secuencias eran muy complejos y debíamos ensayarlos mucho y muchas veces porque por cualquier error técnico o actoral había que volver a empezar todo de nuevo. Lo que me atraía del filme es que no eran personajes de trazo grueso. Era más difícil el universo, era más para ser completado en el rodaje y en las instancias de ensayo".
En ese sentido, el cineasta detalló que "el rodaje demandó muchas horas de coreografía del equipo de cámara y nosotros debíamos escondernos detrás de una estantería falsa para poder ver cómo se desarrollaba la escena. Teníamos que encerrarnos tras una pared falsa para poder filmar escenas en las que se veía todo el departamento".
"Había algo de la evolución dramática de las escenas que yo quería que los actores pudieran desarrollar con más comodidad. Había mucha intensidad y mucha entrega de los actores en cada escena, y generar eso en una puesta clásica de plano-contraplano hubiera sido algo muy difícil de sostener para ellos", redondeó Schnitman en relación a la elección del plano secuencia como recurso principal.
Fuente: telam
Jueves, 28 de mayo de 2015
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