Martín Benítez es la nueva joya de Independiente. Un diamante en rojo Entró en cuatro partidos y convirtió dos goles. “No dormí en toda la noche”, le dijo a Tiempo Argentino, tras conseguir el triunfo ante San Lorenzo.
Dormiste? –No pude pegar un ojo. No dormí en toda la noche, todo esto me dejó muy emocionado. Todavía no lo puedo creer. Esto es increíble.
A Martín Benítez se le escurren las palabras, se le escapan de la garganta. Dice una, suma otra, agrega una más y así, como puede, sobrepasado por la felicidad, va armando conceptos. Es desfachatado, simple, distinto. Se ríe seguido, tímido, como si buscara la aprobación ante cada respuesta. Lleva en la sangre, en esos 17 años que son evidentes, todo lo que aprendió en Posadas, con su gente, allá en Misiones. La historia del jovencito delantero es tan veloz como sus gambetas. En 2008, hace apenas tres años, tuvo una prueba en Boca, pero no quedó. Algunos días después, Independiente se enteró de sus aptitudes: Enrique Borrelli, coordinador de las inferiores, lo vio y en pocos días lo fichó. Ahí, con 14 años, llegaba a Avellaneda.
–Llevás dos goles en cuatro partidos, ¿cómo estás viviendo este arranque en primera? –Estoy feliz de la vida. Si digo que lo esperaba así, tan rápido, miento. En una semana poder hacer dos goles me pone muy contento y se lo debo a los compañeros, al cuerpo técnico y a la familia que siempre me estuvo apoyando.
Sábado, 10 de diciembre de 2011
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