MUNDO Sondeos a pie de urna dan victoria a Meloni y a la coalición de centro derecha en las elecciones de Italia La candidata Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, es la vencedora de las elecciones italianas y puede convertirse en la nueva primera ministra, la primera mujer en ostentar ese cargo. De confirmarse los resultados a lo largo del recuento, la coalición de derechas tendrá una cómoda y clara mayoría parlamentaria, incluso en el Senado, donde era más complicado.
FILE PHOTO: Giorgia Meloni, leader of the far-right Brothers of Italy party, takes a selfie during a rally in Duomo square a of the Sept. 25 snap election, in Milan, Italy, September 11, 2022. REUTERS/Flavio Lo Scalzo/File Photo Estos han sido los escaños en el Senado para el centro derecha: una horquilla entre 111 y 131 senadores, de un total de 200 escaños. En la Cámara de Diputados, estará en una horquilla entre 225 y 257 asientos, de un total de 400, mientras que el centro izquierda se tendrá que conformar con una horquilla de entre 79 y 98 escaños.
Hermanos de Italia ha obtenido entre el 22 y 26 por ciento de los votos, siempre según los primeros datos de sondeos realizados a pie de urna, ofrecidos por la RAI tras el cierre de los colegios, a las 23:00 horas de Italia. Los otros dos partidos de la coalición de derechas han tenido este resultado: la Liga, de Matteo Salvini, entre 8,5 y 12 por ciento; y Forza Italia, del ex primer ministro Silvio Berlusconi, entre el 6 y 8 por ciento. Por su parte, en el centroizquierda, el Partido Democrático ha obtenido entre el 17 y el 21 por ciento de los votos. El Movimiento 5 Estrellas, que corría en solitario, ha alcanzado entre el 13 y 17,5 por ciento.
La victoria de Meloni marca un cambio histórico para Italia. Está por ver cuáles serán los efectos. La realidad es que el país sale de estos comicios más dividido y desencantado con la clase política. Enzo Risso, director científico del instituto de sondeos Ipsos, destaca, como una razón para el aumento de la abstención, el hecho de que ”muchos ciudadanos no han comprendido en el fondo el motivo de la caída de Mario Draghi”. La abstención confirma el hastío, con una población desorientada porque la campaña electoral no aportó propuestas realistas para solucionar sus problemas.
Son muchos los temas importantes en juego y ninguno de ellos ha quedado despejado durante la campaña electoral, porque ni siquiera ha habido un solo debate electoral en televisión entre los principales candidatos. Está pendiente la reforma del Estado, con una república en la que el presidente sea elegido por votación directa de los ciudadanos, como sueña Meloni, con la oposición de la izquierda; por otro lado, todos los partidos han prometido bajar los impuestos, aunque con formas absolutamente diferentes.
Muy divergentes también son las ideas de la derecha e izquierda sobre cómo abordar el problema de los inmigrantes; otro tanto sucede sobre los derechos civiles y el medio ambiente. En definitiva, hay dos Italia, con ideas y visiones diferentes. Además, la crisis económica ha profundizado aún más las divisiones entre el sur pobre y el norte, cuya renta per cápita es casi el doble.
Teniendo en cuenta los graves problemas a los que se enfrentará el nuevo gobierno, sobre todo por la inflación, la crisis energética y la guerra de Ucrania, en Bruselas y en las cancillerías europeas hay enorme expectación no exenta de preocupación. Italia es la tercera economía de la zona euro y a todos interesa su estabilidad.
Meloni ha criticado a veces ferozmente a los ”burócratas” de Bruselas, aunque en los últimos días de campaña moderó su lenguaje para transmitir tranquilidad. En contraste, el líder de la Liga, Matteo Salvini, ha mantenido en todo momento su habitual retórica euroescéptica y soberanista.
Prueba de fuego
Pasada ya la campaña electoral, los analistas consideran que la verdadera prueba para el nuevo gobierno vendrá en los próximos meses, cuando la Unión Europea intente elaborar una respuesta coordinada a los temas más candentes, como la guerra de Ucrania y otras políticas complicadas como el tope al precio del gas y del petróleo. Meloni pedirá que Bruselas ofrezca compensaciones por los negativos efectos económicos que producen las sanciones económicas a Rusia.
La líder del centro derecha ha mantenido una cierta ambigüedad, con diversas caras en ciertos asuntos. Por eso, hay gran interés por ver finalmente cuál es su auténtica cara, que inevitablemente descubrirán los italianos y Bruselas cuando se enfrente a los problemas reales del país y de la política internacional.
Meloni tiene un problema con sus socios, en particular con Salvini, un líder incontrolable y en caída libre, con pérdida de liderazgo en su partido y sin credibilidad a nivel internacional
Sus críticos consideran que el principal problema de Meloni puede ser la inexperiencia, porque hasta ahora no ha tenido ningún cargo importante de gestión, salvo su etapa como ministra de la Juventud (2008-2011) en el último Gobierno de Berlusconi que colapsó.
No se conoce una clase dirigente de Hermanos de Italia y, de hecho, Meloni ha recurrido a algunos viejos dirigentes de Forza Italia para su campaña electoral. Además, todos los analistas consideran que tiene un problema con sus socios, en particular con Salvini, un líder bastante incontrolable y en caída libre, con pérdida de liderazgo en su partido y sin credibilidad a nivel internacional. Tampoco le será de gran ayuda Il Cavaliere, en el crepúsculo de su carrera política.
En cualquier caso, frente a quienes consideran que podría ser muy peligroso el euroescepticismo de Meloni, muchos analistas estiman que se verá obligada a actuar con su cara más moderada.
Por ejemplo, mientras Salvini es crítico sobre las sanciones a Rusia, porque tienen un alto costo para las empresas italianas, Meloni no podrá cambiar la línea, iniciada por Draghi, de pleno apoyo a las sanciones, según el exembajador en la OTAN y analista de política internacional Stefano Stefanini: ”No mantener esa línea le costaría a Italia tanto su relación con la Unión Europea como con los Estados Unidos, y ese es un precio que Roma no puede pagar. Italia no puede permitirse el precio de la discontinuidad en política exterior”.
Fuente: abc.es
Lunes, 26 de septiembre de 2022
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