Mundo Alerta: el iceberg A68a ya liberó miles de millones de toneladas de agua dulce al océano Así lo afirma un reciente estudio llevado a cabo por un equipo de científicos británicos. ¿Qué consecuencias puede ocasionarles a las generaciones futuras? “A medida que A68a vertió agua dulce en el mar salado que rodea la isla, también arrojó nutrientes que podrían impulsar la producción biológica, posiblemente alterando los tipos de plancton que prosperan allí'', señalaron.
Reconocido como el más grande del mundo, el denominado iceberg A68a ya liberó unos 152.000 millones de toneladas de agua dulce al océano desde que se desprendió de la plataforma de hielo Larsen-C de la Península Antártica, en julio de 2017.
Así lo revela un estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores del Centro de Observación y Modelado Polar (CPOM) y del British Antarctic Survey (BAS) que fue recientemente publicado en la revista norteamericana Sensing of Environment, especializada en temas vinculados con la Naturaleza.
Según los científicos, este número de toneladas equivale a 20 veces el volumen del lago Ness o a 61 millones de piscinas olímpicas y han ido a parar a las aguas marinas de los alrededores de la isla subantártica de Georgia del Sur.
Si bien según el estudio, ese derretimiento ocurrió a lo largo de tres meses, más puntualmente entre noviembre de 2020 y febrero de 2021, afortunadamente, el témpano se derritió lo suficiente como para no encallar en el fondo marino existente alrededor de Georgia del Sur, lo cual evitó dañar sus valiosos ecosistemas submarinos. Para llevar a cabo el estudio, los científicos usaron observaciones de 5 satélites que les permitieron calcular cuánto cambió el área y el grosor del iceberg a medida que avanzaba hacia el norte a través del mar de Weddell en la Antártida y hacia las cálidas aguas del mar de Scotia.
“Esta es una gran cantidad de agua de deshielo, y lo siguiente que queremos saber es si tuvo un impacto positivo o negativo en el ecosistema alrededor de Georgia del Sur”, explicó Anne Braakmann-Folgmann, investigadora del CPOM y principal autora del estudio. “Debido a que el A68a tomó una ruta común a través del Pasaje de Drake, esperamos aprender más sobre los icebergs que toman una trayectoria similar y cómo influyen en los océanos polares”, agregó la especialista.
Por su parte, según Laura Gerrish, coauotora de la investigación, el A68a fue un iceberg fantástico para rastrear toda su ruta. “Las frecuentes mediciones nos permitieron seguir cada movimiento y rotura del témpano mientras avanzaba lentamente hacia el norte a través del callejón de los icebergs y hacia el mar de Scotia, donde luego ganó velocidad y se acercó mucho a la isla de Georgia del Sur”, comentó.
“A medida que A68a vertió agua dulce en el mar salado que rodea la isla, también arrojó nutrientes que podrían impulsar la producción biológica, posiblemente alterando los tipos de plancton que prosperan allí. Este impulso podría tener un impacto generalizado en la cadena alimentaria local que, por el momento, todavía no sabemos si será positivo o negativo a largo plazo”, concluyó.
Fuente: perfil.com
Lunes, 24 de enero de 2022
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