Sociedad Países rivales de EEUU critican su sistema político y electoral tras caos en el Capitolio Irán, Venezuela, China y Rusia, entre otros, aprovecharon además el asalto al Capitolio de partidarios del presidente saliente, Donald Trump, para predecir el declive de la primera potencia.
También líderes de países aliados o de buenas relaciones con Estados Unidos condenaron los hechos de violencia También líderes de países aliados o de buenas relaciones con Estados Unidos condenaron los hechos de violencia
Países a los que Estados Unidos suele acusar de antidemocráticos aprovecharon este jueves el asalto al Capitolio de partidarios del presidente saliente, Donald Trump, para criticar el sistema político y electoral y predecir el declive de la primera potencia.
El presidente iraní, Hassan Rohani, aseguró que la democracia occidental es "frágil y vulnerable", aludiendo al caos causado por los seguidores de Trump mientras el Congreso certificaba la victoria del demócrata Joe Biden en los comicios de noviembre.
"Hemos constatado que (en los países occidentales) desgraciadamente el terreno está abonado para el populismo, pese a los progresos de la industria y de la ciencia", afirmó Rohani.
En un comunicado, la Cancillería de Venezuela expresó "su preocupación" ante los "hechos de violencia" en Washington.
"Estados Unidos padece lo mismo que han generado en otros países con sus políticas de agresión", agregó.
China, por su parte, afirmó que esperaba una "vuelta al orden" en Estados Unidos, y una portavoz de la Cancillería, Hua Chunying, aseguró que las escenas eran "similares" a las protestas prodemocráticas en Hong Kong apoyadas por el Gobierno de Trump.
Esta vez, sin embargo, "la reacción de algunas personas en Estados Unidos, incluidos algunos medios de comunicación, es completamente diferente", señaló Hua, citado por la agencia de noticias AFP.
En Rusia, la vocera de la Cancillería dijo que el sistema electoral "arcaico" de Estados Unidos no cumple criterios democráticos.
"El sistema electoral de Estados Unidos es arcaico, no responde a las normas democráticas modernas" declaró Maria Zajarova, aunque precisó que se trata de un "asunto interno" para Washington.
"Crea oportunidades para que se produzcan numerosos atropellos, y los medios estadounidense se han convertido en un instrumento de lucha política" agregó la portavoz.
Moscú se ha sentido a menudo ofuscado por las críticas procedentes de Estados Unidos sobre la democracia rusa bajo la presidencia de Vladimir Putin, y ha replicado acusando a la potencia occidental de hipocresía y condescendencia.
Las relaciones entre los dos países se han degradado además en los últimos años, debido a las sanciones de Washington, conflictos sobre tratados de no proliferación de armas o acusaciones de ataques informáticos.
Lo mismo sucede con Irán y Venezuela, países a los que la administración Trump ha impuesto duras sanciones.
Varios otros funcionarios rusos dijeron que Estados Unidos perdió toda autoridad moral para dar lecciones de democracia a otros países tras el asalto al Capitolio, unos eventos que coincidieron con la Navidad ortodoxa rusa que se celebra hoy.
"La parte que perdió tiene razones más que suficientes para acusar a los ganadores de falsificaciones, es evidente que la democracia estadounidense cojea de ambos pies", declaró en Facebook Konstantin Kosachev, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara Alta del parlamento ruso.
"La fiesta de la democracia terminó. Por desgracia, tocó fondo, y lo digo sin una pizca de júbilo. Estados Unidos ha perdido su camino y por lo tanto no tiene derecho a fijar un rumbo. Y mucho menos imponerlo a los demás", afirmó.
En tanto, líderes de países aliados o de buenas relaciones con Estados Unidos condenaron los hechos de violencia y algunos no dudaron en acusar a Trump por haber urgido a los manifestantes a marchar al Capitolio y por sus constantes e infundadas denuncias de fraude.
Fue el caso de la jefa de Gobierno alemana, la canciller Angela Merkel, quien dijo que estaba "furiosa y triste" por el asalto y aseguró que Trump tenía parte de responsabilidad.
"Las dudas sobre el resultado de las elecciones se avivaron y crearon la atmósfera que hizo posible los eventos de anoche", añadió, y aseguró que su conmoción fue compartida por los "millones de personas que admiran la tradición democrática de Estados Unidos".
El primer ministro británico, Boris Johnson, denunció "escenas vergonzosas" y exhortó a una "transición pacífica" del poder al demócrata Joe Biden.
Desde Argentina, el presidente Alberto Fernández repudió el "atropello" al Congreso estadounidense.
"Manifestamos nuestro repudio a los graves hechos de violencia y el atropello al Congreso ocurridos hoy en Washington DC. Confiamos en que habrá una transición pacífica que respete la voluntad popular y expresamos nuestro más firme respaldo al Presidente electo @JoeBiden", afirmó en Twitter el Presidente.
En un video, el presidente de Francia, Emmanuel Macron declaró: "No cederemos a la violencia de unos pocos que quieren poner en entredicho" la democracia.
"La violencia es incompatible con el ejercicio de los derechos y las libertades democráticas. Confío en la fuerza y solidez de las instituciones de Estados Unidos", tuiteó por su parte el primer ministro italiano, Giuseppe Conte.
A contramano, el presidente brasileño Jair Bolsonaro, un aliado de Trump, evitó criticar la violencia y se mostró comprensivo con las acusaciones de fraude electoral que motivaron los desmanes.
Hubo "muchas denuncias de fraude" en las elecciones del 3 de noviembre, en las que Biden derrotó a Trump, dijo.
Jueves, 7 de enero de 2021
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