Viggo Mortensen "Hace años quería trabajar en la Argentina" El actor Viggo Mortensen incursiona en el cine argentino como figura central de “Todos tenemos un plan”, de Ana Piterbarg, que se verá desde la semana que viene en las salas locales.
“Me presentan montón de guiones por año y casi todos los rechazo porque no son buenos, pero el escrito por Ana Piterbarg es una excepción”, afirmó Mortensen en diálogo con Télam.
"No son buenos, no son originales, no están bien escritos, y en los que son interesantes los personajes no están bien logrados y en general no son cuentos que me interesen”, dice.
“De vez en cuando hay algo... y no miro si es una superproducción o un filme independiente, en castellano o en inglés. Busco cuentos interesantes, mientras que pueda seguir dándome el lujo de elegir un poco, de poder esperar", confiesa.
Extremadamente tímido y con un perfil que sorprende por lo bajo, el actor de “El señor de los anillos” y “Promesas del Este” confiesa su alegría por su primer trabajo enla Argentina.
Mortensen, que nació en Nueva York hace 54 años, es hijo de padre danés y madre estadounidense, que partió con su familia siendo un niño rumbo a Venezuela y luego ala Argentina, donde vivió en las sierras de Córdoba entre los 6 y 11 años, hasta la separación de sus padres y la vuelta a su país natal.
El filme de la debutante Ana Piterbarg cuenta la historia de dos hermanos mellizos, Agustín, un pediatra que con su esposa está al filo de adoptar un hijo, y la de Pedro, que vive solo en el Tigre como apicultor, los dos alejados entre sí desde niños.
Agustín y Pedro son muy diferentes, uno comprometido con una serie de delitos y angustias distintas a las del médico que se rebela a adoptar un hijo, los dos separados y vueltos a unir camino a un desenlace que no puede ser menos que trágico.
Agustín, convertido en Pedro llega al Tigre pensando que esa sería la mejor forma de escapar de una aparente felicidad que no lo convence, y de la noche a la mañana se sumerge en una pesadilla, aquella que era la de su hermano en el Delta y de su entorno igual de oscuro y desgraciado.
Con una perspectiva totalmente distinta, el nuevo Agustín se juega entero para redimir a una chica a la que apenas conoce y esconde sus propias miserias, y que juega peligrosamente con él al todo vale, mitad pasión, mitad traición, siempre al filo de caer en ese lugar ominoso del que no se vuelve.
"En los dos hermanos yo tengo un poco de cada uno", dice el actor, pero aclara que "buscaba descubrir las cosas que los separaban, por ejemplo que no queda mucho amor entre ellos... el qué pasó entre ellos cuando eran chicos lo tuve que imaginar y trabajar. Es decir, más allá de qué hablan, se mueven y miran de manera diferente".
"Después buscaba todo lo que los unía, porque siempre hay más de lo que está escrito, de lo que podía imaginarme cuando leí el guión por primera vez, y hasta que se termina de rodar siempre se puede añadir algo", confiesa.
"En las secuencias en las que aparecen los mellizos juntos, me interesaba ver lo que recién había rodado, en qué lugar de la composición estaba y hablar con la directora como con el director de fotografía para llegar a los mejores resultados” dice sobre las escenas que comparte consigo mismo.
"La meta era que la escena terminada funcione no sólo con lo físico sino también con las miradas... A veces podía parecer una buena toma cuando no lo era... Fue todo un desafío que nunca antes había experimentado”, insiste.
"Es que entre los hermanos hay resentimiento, como pasa en todas las familias por muy perfectas y felices que parezcan, y esos conflictos debían estar en sus miradas, aunque no se supiera cuáles eran", explica.
"Me pareció un thriller muy interesante por su aspecto psicológico, por el paisaje y con un plus, que era una película argentina, y como me crié aquí, tenía su atracción... Podía haber rodado en Argentina antes, pero no aparecía el guión, hasta que me llegó el de Ana y me empeñé en encontrar el hueco para hacerlo", dice.
Para Mortensen, "era interesante hacer de dos hermanos sin exagerar demasiado, que las diferencias fueran sutiles y más allá de las dudas, al ver el producto terminado me doy cuenta de que funciona, que por mucho que Agustín y Pedro se parezcan son muy diferentes".
"Me di cuenta enseguida que Ana estaba muy preparada incluso para la incomodidad de filmar en el Delta en invierno, y que si teníamos un poco de suerte con el clima y las mareas, y los actores éramos buenos, quienes me acompañaron lo son, todo iba a salir muy bien", asegura.
"Ellos tienen maneras diferentes de encarar el trabajo en el set, y fueron excelentes, perfectos para los personajes. Sabía quela Argentinatiene fama de producir buenos actores, directores y equipos técnicos, hay mucho talento acá y tradición de hacer buen cine y teatro", comenta.
"Cuando era chico veía cine argentino en televisión, pero también en las salas y me acuerdo muy bien de `Martín Fierro`, de Leopoldo Torre Nilsson, pero nunca imaginé que yo podría ser actor porque además era, y lo sigo siendo, muy tímido..”, confiesa.
“Podía actuar entre amigos, pero no con gente desconocida y el teatro me ayudó, de golpe, a encontrar la manera de superar esa timidez", insiste.
"Recién pude hacer teatro a los 22 años en Nueva York, adonde no conocía a nadie, y en ese anonimato si no salía la cosa no pasaba nada... Hice algo más, pero después llegó el cine, y no volví a los escenarios hasta 2011, en `Purgatorio`, de Ariel Dorfman, en español, en Matadero Madrid", cuenta.
“Me gustaría volver a hacer teatro –dice Mortensen- enfrentarme con el público, y también volver a hacer cine aquí, siempre y cuando aparezca un guión tan interesante como el de Ana”.
En las próximas semanas Mortensen comenzará el rodaje de "The Two Faces of January", del debutante Hossein Amini (guionista de "Drive"), junto a Kirsten Dunst y Oscar Isaac, una adaptación de un thriller de Patricia Highsmith.
En el filme -rodado en Atenas- será un ladrón de obras de arte estadounidense que accidentalmente mata a un policía en un atraco, y junto con su esposa se relacionará con un muy extraño joven recién llegado a esa ciudad.
Fuente: Télam
Jueves, 23 de agosto de 2012
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