Bomberos, policías y hasta militares protestan por los recortes Crece en las calles de España el rechazo al superajuste de Rajoy Los sindicatos están cada día más presionados para tomar medidas contundentes contra el plan de austeridad aprobado la semana pasada. Hubo nuevas manifestaciones de los empleados públicos en pleno centro de Madrid.
Mariano Rajoy siente la presión de la calle. Las protestas contra los nuevos ajustes de su administración fueron en aumento desde que el presidente del gobierno español anunció el miércoles pasado en el Congreso el mayor plan de ajuste en la historia de la democracia española, 65 mil millones de euros más que los ciudadanos cargan sobre sus espaldas. Bomberos, agentes de policía vestidos de civil y empleados públicos protestaron ayer ante el Parlamento nacional pero fueron detenidos por unidades antidisturbios que protegían el acceso a la Cámara Baja. Miles de manifestantes se congregaron en el centro de Madrid en rechazo a los planes de austeridad, que afectan en gran medida a los trabajadores públicos con recortes en sus salarios. Hasta los militares dejaron públicamente patente su irritación con el gobierno. Apoyarán "toda iniciativa ciudadana que plantee la defensa de unos derechos que nunca debimos perder", aseguraron los uniformados. La movilización crece y amenaza con seguir haciéndolo, los sindicatos dan cada vez más señales de una nueva huelga general que podría llegar en septiembre y el gobierno teme la imagen internacional que pueda dar una España que, con el rescate de sus bancos, se considera ya intervenida en muchos círculos. Desde la Gran Vía, en pleno centro de la capital, los empleados públicos, que este año se quedarán sin paga extra de Navidad, iniciaron una "marcha fúnebre" en la que varias viudas simularon un entierro ante un ataúd por la muerte de los "derechos laborales" y de los "servicios públicos". Los manifestantes portaron pancartas y camisetas con lemas como "Esto es un atraco", "Por las políticas activas de empleo" y "Más bomberos, menos cargos a dedo". Los trabajadores públicos canalizaron el descontento de una ciudadanía que lleva ya dos años sufriendo las consecuencias de los recortes impuestos desde la Unión Europea para frenar el déficit público, primero bajo el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y ahora con el Ejecutivo conservador de Rajoy, unos ajustes que golpearon el antiguo Estado de bienestar, en un país con más de 5,6 millones de desempleados ( el 24,44% de la población activa). Entre los empleados estatales que se manifestaron, apoyados cada vez por más personas de fuera del sector, había profesores, trabajadores de la salud y bomberos, pero también policías de franco que alentaban a los agentes desplegados en Madrid a unirse a ellos en las protestas. "¡Compañero, date la vuelta!", gritaron ayer algunos cerca del Congreso de los Diputados que las autoridades mantienen blindado. Sobre el líder conservador se cierne la amenaza de una nueva huelga general, después de la que vivió ya en marzo contra la reforma laboral, tan sólo tres meses después de llegar a La Moncloa. "Yo no renuncio a la huelga porque la sociedad tiene derecho a la autodefensa. Si el gobierno lo fuerza y obliga a ello, y me temo que lo está haciendo, será inevitable que se produzca", insistió ayer Ignacio Fernández Toxo, líder de Comisiones Obreras. Junto a la Unión General de Trabajadores, la otra gran central sindical, convocó para el jueves a manifestaciones en toda España que servirán de prueba para saber hasta dónde están dispuestos a llegar los españoles. La huelga general podría ser en septiembre, tras las vacaciones de verano. Y el viernes, el gobierno se enfrenta a una manifestación a las puertas de La Moncloa, convocada por Izquierda Unida. Pero el nuevo ajuste no sirvió para tranquilizar a los mercados. La rentabilidad del bono español a diez años se va acercando al temido 7%, que según los expertos marca la línea roja a partir de la cual se puede hablar de zona de rescate: ayer cerró la jornada en el 6,817 por ciento. La prima de riesgo, que mide la diferencia entre ese bono y su homólogo alemán, considerado el más seguro, terminó la jornada en 558 puntos básicos, 18 más que en la apertura. El selectivo Ibex 35, el índice más importante de la Bolsa madrileña, vivió una nueva jornada de hundimiento al caer 1,99 por ciento. Con esta nueva baja, las pérdidas anuales ascienden al 23,75 por ciento.
Fuente: Tiempo argentino
Martes, 17 de julio de 2012
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