Mundo. Egipto: el escenario político de cara a las elecciones Con el Parlamento disuelto y sin Constitución, los egipcios van a las urnas para elegir entre el candidato del islamismo y un ex funcionario del régimen de Mubarak, mientras la Junta Militar lucha por conservar su poder. El análisis de un especialista en INFOnews de cara a un paso más del proceso de transición.
Este fin de semana, 16 y 17 de junio, se llevará a cabo en Egipto la segunda vuelta de las primeras elecciones presidenciales desde la caída del dictador Hosni Mubarak. Sin embargo, 48 horas antes se disolvió el Parlamento en un país que no tiene Constitución, y donde las opciones son el islamismo, representado por Mohammed Mursi, y un ex funcionario del régimen, Ahmed Shafik.
Desde distintas fuerzas políticas, como el ex candidato Mohamed El Baradei o el islamista moderado Abel Futuh, se calificó de “golpe de Estado” la decisión del Tribunal Constitucional de disolver el Parlamento a dos días de los comicios, por considerar ilegales -"inconstitucionales"- las últimas elecciones legislativas.
La justificación es jurídicamente correcta: el tercio de las bancas que debía corresponder a candidatos individuales fueron ocupadas por partidos políticos. Sin embargo, la medida va más allá: además de declararse ilegal la elección legislativa, en la que la Hermandad Musulmana había obtenido la mayoría, se ratificó la candidatura del ex primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafik, contrariamente a la “Ley de Aislamiento”, sancionada por el Parlamento, que impedía se presenten a elecciones candidatos que habían ocupado altos cargos durante el gobierno del dictador.
“La Junta Militar está acomodando las piezas en el tablero para que sea electo Shafik"
Este panorama da lugar a que el mubarakista -reconocido por su aplicación de la "mano dura"- pueda alcanzar el poder sin Parlamento ni Constitución, por lo que existen temores de que se eche por tierra el proceso de transición y se regrese a un régimen totalitario, con el agravante de haber sido elegido “democráticamente”.
El analista internacional y especialista en Medio Oriente Diego Fossati aseguró a INFOnews que con este escenario, “las posibilidades de victoria de Shafik son grandes, ya que se elimina la duda de los electores indecisos y el Parlamento ya no puede refutar la elección al haber sido disuelto”.
El otro actor importante de cara a los comicios es el Ejército. Las Fuerzas Armadas egipcias manejan gran parte de la economía, por lo que acompaña este proceso de transición a la espera de que lleve a una salida que mantenga el status quo y no le quite poder. Inclusive, son muchos los que ven una "mano negra" de la cúpula militar detrás del fallo del Tribunal Constitucional que disolvió el Parlamento.
“La Junta Militar está acomodando las piezas en el tablero para que sea electo un candidato preferido por ellos. Las medidas tomadas son una estrategia política en la cual el Ejercito busca continuar influenciando la vida política egipcia”, sostuvo el especialista.
De hecho, Fossati señala que “el beneficio ulterior de todo esto está en el Ejercito, que a dos días de las elecciones se hizo con el poder absoluto del país y en caso de ganar el candidato del antiguo régimen, el Ejercito no quedaría desplazado de su influencia política en el país”.
Por su parte, la Hermandad Musulmana, a diferencia de los prejuicios de gran parte de la prensa internacional, aboga por una fuerte alianza con los capitales occidentales -la cúpula de la HM mantuvo múltiples encuentro con empresarios norteamericanos- y su candidato, Mohammed Mursi, aspira a una ola de privatizaciones que desplazaría a las Fuerzas Armadas del control de amplios sectores de la economía.
Este es otro de los motivos por los cueles el Ejército está interesado en favorecer a Shafik. En este sentido, Fossati remarcó que “hay que tener en cuenta que la Junta Militar ejerce el control electoral, con lo cual se podría inducir al fraude en caso de peligrar la candidatura del ‘elegido’”.
En este cuadro, una eventual victoria del mubarakista Shafik permitiría a los militares mantener el status quo e, inclusive, el comienzo de una fuerte represión sobre la población de la mano de un candidato que viene de la escuela del ex dictador egipcio.
Las grandes manifestaciones populares en la Plaza Tahir y la abstención de todo un sector del arco político frente al ballotage preanuncian grande tormentas en el escenario próximo de Egipto.
Fuente: Info News
Viernes, 15 de junio de 2012
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