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INTERNACIONALES Brasil cierra sus fronteras a productos argentinos: ahora freno a las golosinas y cupos de leche Industriales brasileños se resisten a cumplir con cupos de importación. En tanto, el sector lácteo debe firmar un nuevo acuerdo de cupos para exportar leche en polvo al vecino país, resistencia brasileña a importar más y siguen frenadas golosinas. Un nuevo conflicto se avecina con Brasil en los próximos días. La crisis financiera internacional está golpeando sobre su economía y el gobierno de Dilma Rousseff no escatima en tomar medidas de protección de su industria, ni siquiera si afectan a la Argentina. Incorporó hace algunas semanas licencias no automáticas a la importación de golosinas, galletitas y chocolates y ahora se resisten a negociar un mayor cupo para importar leche en polvo desde su principal socio comercial.
El acuerdo de cupos que tenían los sectores privados lácteos de los dos países contemplaba un límite de venta de leche en polvo de 3.300 toneladas mensuales. Este convenio venció en abril, pero como en todos estos meses las partes no lograron ponerse de acuerdo en un nuevo volumen, Brasil siguió comprando las toneladas mensuales del acuerdo previo. De todas maneras, quedó un remanente de 5.000 toneladas que no se enviaron en los meses que correspondía y ahora el vecino país no las acepta, admitieron en la industria láctea.
Los brasileños también se resisten a negociar un cupo mayor, tal como pretenden los industriales argentinos. Y aunque se comprometieron a enviar esta semana una contestación a la propuesta formal enviada por la industria local, “no se espera una respuesta favorable al reclamo argentino”, admitió una fuente del Centro de Industria Lechera (CIL).
Los brasileños estuvieron muy duros en sus posiciones. No era la actitud de otras reuniones anteriores, donde uno percibía un espíritu más negociador, remarcó la fuente consultada. La propuesta enviada por el sector la semana pasada consiste en firmar a partir de octubre y hasta febrero un cupo de 3.700 toneladas más 1.000 toneladas del remanente que quedaba del acuerdo anterior, y 4.300 toneladas mensuales a partir de marzo y hasta agosto del año próximo. Durante las negociaciones previas, la oferta de Brasil había sido de 3.600 toneladas por mes.
Esta reticencia a actualizar el cupo de importación de leche en polvo se produce en momentos en que Brasil está profundizando el cierre de su economía a propósito de la crisis financiera internacional. El mayor socio del Mercosur viene tomando medidas en este sentido desde hace algunos meses. Lo hizo con el sector automotriz, cuando impuso licencias no automáticas a la importación de vehículos, y recientemente lo repitió con la industria alimenticia, al incorporar las golosinas, chocolates y galletitas al conjunto de productos sujetos a los permisos de importación. Desde la industria alimenticia afirmaron que muchas empresas tienen su fábrica en Brasil, por lo que sólo les impacta en los productos puntuales que no fabrican allí.
De todas maneras, están esperando la liberación de los camiones con mercadería que no pudieron ingresar al vecino país para luego comenzar a programar las entregas de acuerdo a los nuevos tiempos.
Esa medida se habría tomado en represalia por las restricciones que la Argentina impuso al ingreso de calzados fabricados en Brasil. De acuerdo con información publicada por medios brasileños, se trataría de 3,1 millones de pares de zapatos retenidos por la aduana argentina.
En el caso del sector automotriz, Brasil está liberando el ingreso de vehículos nacionales, pero a cuentagotas. Incluso, el anuncio de FIAT de suspender personal de la planta de Ferreyra, en Córdoba, tuvo que ver con la demora, por parte del vecino país, en firmar los permisos para importar 7.000 autos de la empresa. El gobierno brasileño autorizó el ingreso, por lo que ayer la automotriz retrotrajo la medida.
Fuente: El Cronista
Miércoles, 5 de octubre de 2011
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