Elecciones presidenciales en Francia Sarkozy quema los últimos cartuchos para evitar perder la presidencia El presidente francés, Nicolas Sarkozy, trató de minimizar pronósticos de que se encamina a una derrota electoral pese a sus intentos de infundir miedo o de de apelar a la extrema derecha incluso con iniciativas desconcertantes para sus partidarios y sus socios europeos.
Por su parte, a seis días de la primera vuelta, el candidato socialista y favorito, Francois Hollande, celebró hoy con ironía la "lucidez" de Sarkozy al prometer una reforma del Banco Central Europeo (BCE) para apoyar el crecimiento, luego de rechazar esta misma iniciativa cuando Hollande la presentó en su plataforma.
En una lucha contra encuestas persistentemente esquivas, Sarkozy activó en los últimos días una estrategia reelectoralista centrada en tratar de inculcar entre sus ciudadanos el temor a que una victoria de Hollande pueda arrastrar al país a una crisis como la de España y Grecia, países que tuvieron gobiernos socialistas.
El mandatario conservador hizo foco en la intención de Hollande de renegociar un acuerdo presupuestario impulsado por Sarkozy y el gobierno de Alemania y firmado el año pasado por la mayor parte de la Unión Europea (UE), que según el candidato socialista necesita un capítulo sobre estímulo al crecimiento.
Ayer, en un gran acto en París, Sarkozy sorprendió a propios y extraños con su pronunciamiento sobre el BCE -cuya función central es controlar la inflación- para impulsar el crecimiento en la Eurozona, violando un acuerdo no escrito con el gobierno alemán y luego de haber criticado casi el mismo plan de Hollande.
"Sobre el rol del Banco Central en el apoyo al crecimiento, vamos a abrir un debate y vamos a hacer avanzar Europa", dijo.
Sus declaraciones suscitaron la ironía de Hollande.
"Era hora de que llegara a la lucidez al final de su mandato. Lástima que lo haya olvidado (el crecimiento) durante cinco años" de mandato, dijo Hollande sobre Sarkozy, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Entrevistado por la emisora France Info, Hollande consideró que la economía francesa se debilitó por la crisis global -como afirma Sarkozy- pero también por una serie de políticas equivocadas, entre ellas la reducción del gasto público, e insistió en que ajuste fracasa si no va de la mano de estímulos al crecimiento.
El candidato socialista agregó que en los comicios del domingo, que tendrán su segunda vuelta el 6 de mayo, espera obtener tanto el voto de adhesión a su candidatura, como el de rechazo a Sarkozy porque -dijo- la sanción es legítima.
Los sondeos parecen darle la opinión.
Según las últimas encuestas, el mandatario parece estar muy lejos de alcanzar su objetivo de quedar en primer lugar con amplia ventaja en la primera vuelta, a fin de crear una dinámica para cambiar la tendencia en el balotaje.
En la primera vuelta, los dos rivales estarán codo a codo con poco menos del 30%, de acuerdo a un promedio de varios sondeos publicados hoy en distintos medios.
Pero en la segunda vuelta, Hollande está seguro de contar con los electores del candidato de la izquierda radical, Jean-Luc Melenchon (entre el 13% y el 17%), y de la ecologista Eva Joly (del 2% al 3%).
Este no es el caso para Sarkozy en lo que respecta a los electores de la candidata de extrema derecha Marine Le Pen (14% a 16%), mientras que los electores del centrista Francois Bayrou (10%) repartirán sus votos en partes iguales entre Sarkozy y Hollande en la segunda vuelta, según los sondeos.
Pero hasta ahora la ventaja de Hollande sigue siendo grande en los sondeos de opinión para la segunda vuelta (entre el 54% y el 56%), a tal punto de que Melenchon dijo hoy que Sarkozy está "acabado".
El presidente, no obstante, trató de restar importancia a las encuestas y defendió las medidas de austeridad aplicadas durante su mandato, pese a que hayan provocado aumento del desempleo, disminución del poder adquisitivo y recorte de muchos gastos sociales.
"Los sondeos van y vienen, se sabe cuál es su credibilidad", dijo Sarkozy.
Fuente: Télam
Martes, 17 de abril de 2012
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