Internacional El Gobierno tailandés rechazó el pedido de aplazar las elecciones, pese a la mortal protesta opositora
El gobierno de Tailandia rechazó un llamado de la Comisión Electoral para aplazar los comicios de febrero próximo pese a una batalla campal que horas antes dejó un policía muerto y casi 100 heridos durante una protesta opositora contra la celebración de las elecciones.
Tailandia arrastra una crisis política recurrente desde un golpe de Estado que en 2006 depuso a Thaksin Shinawatra, hermano mayor de la actual mandataria, Yingluck, y autoexiliado en Dubai para eludir una condena a dos años de cárcel por corrupción.
Desde entonces, el país vive frecuentes manifestaciones y protestas callejeras que buscan paralizar al gobierno de turno y que en el fondo expresan una fuerte división entre seguidores y detractores de Thaksin, de 64 años, quien es muy popular entre los sectores pobres del norte y noreste del reino asiático.
El ciclo de protestas, que en ocho años incluyó intervenciones militares y jornadas de violencia generalizada, se reanudó el mes pasado con otra ola de manifestaciones para exigir la renuncia de Yingluck, a quien los opositores consideran un títere de su hermano, y reformas políticas.
Los incidentes de hoy comenzaron por la mañana temprano, cuando una multitud de opositores trató de impedir que la Comisión Electoral llevase a cabo el sorteo de la posición de los distintos partidos políticos en las boletas de las elecciones del 2 de febrero.
Los manifestantes trataron de ingresar en el estadio donde se realizaba el procedimiento arrojando piedras y botellazos, a lo que la policía respondió con gases lacrimógenos y balas de goma, informó la agencia de noticias EFE.
La Comisión Electoral solicitó al gobierno que aplace los comicios por considerar que es imposible garantizar, en estas condiciones de violencia, que se celebren en un clima de libertad y normalidad Un policía murió de un disparo y otros dos resultaron con heridas de bala, dijeron fuentes policiales y fuentes hospitalarias.
Uno de los policías heridos presentaba una perforación en el hombro derecho y la bala se incrustó en el pulmón del mismo lado, mientras que de los otros dos heridos todavía no hay información oficial.
Al menos 98 personas resultaron heridas en los enfrentamientos, según el Centro Erawan de Emergencias, entre ellas un periodista japonés a quien le dio una bala de goma en la oreja izquierda.
Los organizadores de la movilización antigubernamental, liderada por Suthep Thaugsuban, ex viceprimer ministro del opositor Partido Demócrata entre 2008 y 2011, prometieron impedir la celebración de las elecciones y exigieron que antes se lleven a cabo reformas políticas a través de un consejo popular no electo.
Yingluck propuso ayer crear una comisión para efectuar amplias reformas en el país, con el objetivo de calmar las protestas que empezaron en octubre y cobraron intensidad a fines de noviembre con la ocupación de algunos ministerios.
Aunque la protesta de hoy no consiguió detener el sorteo, la Comisión Electoral solicitó al gobierno que aplace los comicios por considerar que es imposible garantizar, en estas condiciones de violencia, que las elecciones se celebren en un clima de libertad y normalidad, informó la agencia de noticias EFE.
Sin embargo, el gobierno, que había convocado las elecciones como parte de su intento de tranquilizar las aguas y de ratificar, muy probablemente, su mayoritario apoyo popular, rechazó la solicitud y dijo que una demora sería inconstitucional.
"Luego de la disolución del Parlamento, las elecciones deben celebrarse dentro de los 60 días. No hay ley que autorice al gobierno a retrasar la elección", dijo el vice primer ministro, Pongthep Thepkanchana, en un mensaje televisado.
A diferencia de la base de apoyo de los Shinawatra, el grueso de sus opositores son personas de clase media o aristócratas, realistas y ricas familias tradicionales que recelan del creciente poder del ex empresario de las comunicaciones Thaksin y lo acusan de socavar la monarquía, algo que él niega.
La última crisis asestó otro golpe a una economía que ya tenía problemas, como un consumo débil, una caída de la producción fabril y un lánguido crecimiento de las exportaciones, que constituyen el 60% del Producto Bruto Interno (PBI) del país.
El Ministerio de Finanzas dijo hoy que se estima que la nación, la segunda economía más grande del sureste asiático, cerrará el año con un crecimiento del 2,8%, por debajo del 3% que se había propuesto como meta.
Se espera que el crecimiento en 2014 sea del 4%, aunque podría ser medio punto más bajo si sigue la inestabilidad política, agregó la cartera.
Fuente: Télam
Jueves, 26 de diciembre de 2013
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