Beirut: se desvanece la esperanza de hallar sobrevivientes mientras crece la tensión social
Se esperan nuevas manifestaciones masivas en Líbano. Los socorristas advirtieron que es improbable hallar suprevivientes entre los escombros que dejó la explosión en el puerto.
Nuevas manifestaciones fueron convocadas para este domingo en Beirut, luego de las protestas que terminaron con incidentes el sábado, mientras la esperanza de encontrar sobrevivientes entre los escombros que dejó la explosión en el puerto de la capital de Líbano se desvanecía. En el ámbito político, renunció una ministra y las potencias ultimaban detalles para socorrer financieramente a la nación.
Después de varios días de "operaciones de búsqueda y rescate, podemos decir que hemos finalizado la primera etapa, en la que existe la posibilidad de encontrar personas vivas", indicó en conferencia de prensa el coronel Roger Juri, jefe del regimiento de ingenieros militares.
"Mantenemos esperanzas (de encontrar sobrevivientes) pero, en nuestra condición de personal técnico trabajando sobre el terreno, podemos decir que se van diluyendo", agregó sobre las tareas que llevan ya cinco días en Beirut.
Por su parte, la ministra de Información del gobierno libanés, Manal Abdel Samad, renunció como consecuencia de la crisis política que desencadenó la explosión en el puerto, ocurrida el martes, y que dejó al menos 158 muertos, más de 6.000 heridos y a 300.000 personas sin hogar.
"Después de la enorme catástrofe de Beirut, presento mi dimisión del gobierno", declaró la ministra. "Pido disculpas a los libaneses, no supimos responder a sus expectativas", explicó.
La violenta deflagración, causada según el gobierno por la explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenado desde hace seis años sin ninguna medida de seguridad en el puerto de Beirut, dejó un cráter de 43 metros de profundidad, según una fuente de la seguridad.
Ilustrando la magnitud del descontento de la población, el patriarca maronita, el cardenal Bechara Rai, pidió este domingo la dimisión del gobierno y la celebración de elecciones legislativas anticipadas.
El domingo circulaban en las redes sociales nuevos llamados a protestar en la emblemática plaza de los Mártires, en el corazón de un Beirut siniestrado. "Nuestra rabia no se calmará en un día", advierten los mensajes.
El sábado, manifestantes asaltaron brevemente las sedes de los Ministerios de Relaciones Exteriores, Economía y Energía, y la Asociación de Bancos, señalando el recrudecimiento de la protesta.
Miles de libaneses se congregaron en la capital de Líbano, enarbolando escobas y palas, ya que es la propia población la que limpia las calles porque el gobierno no tomó ninguna medida para ayudar.
Los manifestantes también mostraron patíbulos improvisados, pidiendo que se cuelgue a los dirigentes por la tragedia del puerto.
Unas 65 personas heridas en los enfrentamientos fueron hospitalizadas, y 185 atendidas en el lugar, según la Cruz Roja libanesa.
En tanto, una quincena de donantes internacionales, entre ellos Francia, Estados Unidos, China, Rusia y Egipto, participaban el domingo de una videoconferencia de apoyo al Líbano, organizada por la ONU y el gobierno de Emmanuel Macron.
"El objetivo hoy es actuar rápida y eficazmente para coordinar nuestra ayuda en el terreno para que vaya de la manera más eficiente posible a los libaneses", dijo el presidente francés.
Además, Macron pidió a las autoridades de Líbano "evitar que el país colapse, y respondan a las aspiraciones que el pueblo libanés manifiesta legítimamente en las calles de Beirut".