Deportes La mediocridad de nuestro fútbol, clara "responsable" de la paridad en ambos torneos A falta de dos fechas para que culminen el Clausura de Primera y la B Nacional, seis y cuatro equipos, respectivamente, están separados por una mínima diferencia y cualquiera de ellos puede consagrarse. Boca, Tigre, Arsenal, Newell´s (más lejos con la derrota de anoche), Vélez y All Boys pujan por el primer lugar en la A, mientras que River, Central, Instituto y Quilmes lo hacen en Segunda. ¿El pobre nivel produce campeones con menos méritos? ¿Cualquiera pelea los campeonatos? Que Boca aventaje por un punto a Tigre y Arsenal, por dos a Newell´s y tres a Vélez y All Boys deja en claro dos cosas: por un lado, que la paridad entre los equipos en el fútbol argentino llegó para quedarse (está a la vista que cualquiera puede ganarle a cualquiera y ni siquiera los “grandes” tienen asegurada su permanencia en la categoría) y que el nivel “parejo” propiamente se debe a un decremento de las jerarquías y poderíos futbolísticos que alguna vez hicieron a la liga de nuestro país, una de las más atractivas del mundo.
Lo mismo ocurre en la B Nacional, en la que faltan dos jornadas para el final y aún no está definido ninguno de los ocho lugares más importantes: los cuatro de ascenso y promoción por subir y los cuatro de descenso y promoción por bajar. Aunque ya es sabido que River, Central, Instituto y Quilmes son los nominados para la primera tanda, hacía tiempo que faltando tan poco para el final no hubiera un campeón o equipo ascendido. Mientras que en la zona baja, seis equipos se dirimen los puestos de caída: Atlanta, Desamparados, Chacarita, Brown de Madryn, Huracán e Independiente Rivadavia.
Los equipos “grandes” no gozan de buenos presentes -a excepción a Boca- y el promedio ya no les garantiza codearse con los 20 mejores conjuntos en cada temporada, si no habría que preguntarle a Racing, que supo jugar una Promoción, River, que sufrió el descenso en la última temporada y San Lorenzo, que penó a lo largo de la última temporada y en caso de salvar la ropa en esta edición, tendrá que redoblar esfuerzos para mantenerse en la próxima, que lo verá palmo a palmo con Independiente.
Presiones de por medio, incentivaciones, “camas” contra los técnicos, violencia intimidatoria en cada uno de los estadios y poca cuerda en el cargo de los entrenadores son algunos de los factores que hacen disminuir el nivel del fútbol argentino y que predomine la frase hecha: “hay que ganar como sea”. El nuevo campeonato largo podría beneficiar y alimentar la estética de los partidos de nuestro fútbol, aunque el hecho de salir primero y no ser campeón en el “Inicial”, le quita algo de emoción, al menos a priori. ¿Cómo y cuándo podrá cambiar este mediocre presente?
Fuente: Play fútbol
Sábado, 16 de junio de 2012
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