Locales Alberto Silvestre Torresagasti: "Nunca me gustó el palco"  Al apagarse su vida, el lunes 20 de octubre de 1997, la noticia golpeó fuerte en los sectores más humildes de todos los rincones del Chaco. Partía "el último caudillo", exactamente, al mes de la muerte de don Deolindo Felipe Bittel. Por un 'plumazo' del destino, dos figuras insulares de la política chaqueña y del Justicialismo, dejaban un vacío enorme de afectos y conducción en las filas del partido de Perón. El 'Toto' Torresagasti, por casi todos los sectores de la sociedad, era considerado un caso atípico en la vida de las agrupaciones partidarias que habían florecido en la arena política autóctona en los últimos 50 años del siglo pasado. Entre sus aspectos singulares, debe señalarse que fue el único vicegobernador de la Provincia que realmente llegó a contar con lo que se conoce como "poder político". Para muchos, fue una suerte de Fundación Humana de Acción Social, recibiendo y ayudando, a todo el mundo que llegaba a su despacho con cientos de necesidades.
En junio de 1953, al asumir la gobernación del Chaco la fórmula Gallardo-Bittel tras la Provincialización - fue designado Comisionado Municipal de Resistencia con solo 31 años. Trece años después, asumió la conducción del Partido Justicialista en su Puerto Tirol natal; para proyectar una carrera política que lo instaló dos veces en la vicegobernación del Chaco, nueve veces en la presidencia de la Cámara de Diputados y también fue titular del peronismo provincial por un período.
Siendo vice de Florencio Tenev, al viajar éste a Buenos Aires, quedó a cargo del Ejecutivo. En un momento llamó a un funcionario y le solicitó la renuncia. El aludido le respondió que solamente la presentaría al gobernador, y si Tenev se lo solicitaba. Callado, sin decir nada, Torresagasti elaboró un Decreto en el que decía: "El vicegobernador de la provincia, en el ejercicio del Poder Ejecutivo, acepta la renuncia solicitada a fulano de tal..", y terminó con la cuestión. Después de este episodio, sus allegados decían que si el 'Toto' te quiere echar, "te enterás por el Boletín Oficial".
Pero también, tuvo una trayectoria impecable en - tal vez - una de las pasiones de su vida: la docencia. El 'Toto', por sobre todas las cosas, fue maestro 'de alma' durante 38 años como maestro de grado y director de escuela.
A su otro amor, el Club Atlético Independiente Tirol, lo presidió durante 38 años. Y allí también mostró sus singularidades, porque durante 25 años - su queridio "Negro", Jorge Claro Gómez - fue director técnico del primer equipo. Cuando se produjo el golpe militar del '76, los voceros de la dictadura denunciaron que en el ámbito de los organismos del gobierno figuraban como personal "todo el equipo de Independiente Tirol". Él respondió: "Los muchachos sin trabajo, no comen. Y si no comen, no podemos pedirles que jueguen al fútbol".
También, atesoraba un elevado concepto de su familia. Y junto a sus hermanos Adolfo, Juan Carlos y Santiago, se reunían todas las semanas en aquella casona de la calle Saavedra - a metros de la avenida Sarmiento - donde se hablaba de todo, "menos de política".
Con su fallecimiento, a los 75 años, se esfumó una manera de hacer política - política peronista - que hasta resulta demasiado lejana en esta era de globalización y de multimedios electrónicos. En octubre de 1990, en un reportaje que le efectuara el inolvidable César Hermosilla Spaak, admitió con humildad: "Yo tengo una manera de ser. No me gusta el palco, y tampoco hablar en público; soy consciente de que no tengo voz de orador. Es más, le cuento una cosa: nunca pronuncié un discurso en un acto oficial o partiario"...
Rodolfo "Pocholo" Mancuello
Fuente: Chaco día por día
Sábado, 20 de octubre de 2012
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